Los días definitivamente van cambiando. Aunque pasé gran parte del invierno con té negro, he aprovechado los últimos días en ponerme al día con el café. El año pasado reemplacé el de la mañana por alguno “anti-apatía” ("antipatía"?). Pero ahora me he estado acostumbrando a encender el computador o en la noche limpiar los pinceles con un cafecito y la vez que se me acabó el recién molido, empecé a moler. Después por comprar uno medio siuticón “Cap Colombien” o algo así. Medio amargo y no vale la pena por el precio. Es como de oficinista. En mi caso no se justifica por disponer de tiempo. Bueno. Ahora se supone que todo se empieza a deshumedecer y estoy empezando a difrutar de esto… ¿tendremos que reemplazar la nicotina de la campaña del terror por cafeína?